¿Valiente o gallina? / ¿La bolsa o la vida?
Picar medicina / Chupar golosina
Perder la partida / Beber tu saliva
Jugarme la vida / Buscarme la ruina
Con estas palabras rapeadas sobre un beat de congas y tumbadoras, arranca la voz de Jorge Drexler al inicio de Tocarte, uno de los diez temas que dan forma y contenido a Tinta y tiempo su último disco y uno de los que carga un sonido latino más profundo que bebe del candombe, del tango, de la bossa nova y también del rap.
Si uno tuviera que definir Tinta y tiempo podría pensar este disco -que le acarició el ego al uruguayo con nada menos que siete premios Grammys- como un trabajo de colaboraciones y raíces.
Las raíces se asoman en los arreglos y la orquestación de todos los temas que, aunque están tamizados por una pátina de guiños al rap, citan y marcan ritmos rioplatenses y sudamericanos en cada estrofa y arreglo.
Las colaboraciones llegan en las voces y la composición de gente tan talentosa y diversa como el rapero español C.Tangana con quien Drexler compuso un sensual rap urbano cargado de energía y de imágenes que intercalan la ciudad, el sexo y el mar.
Quiero lamer la sal que traes de la playa (agua, eso es) / pedir asilo debajo de tu toalla / Tocarte…
Por esta colaboración con C. Tangana, Drexler cosechó su Grammy a Canción del año y, además, se metió en los oídos de una nueva generación más familiarizada con los ritmos que con la lírica.
Como golosina adicional se recomienda el video de la noche de los Grammys cuando el uruguayo tocó, en vivo, el tema con el increíble Elvis Costello como acompañante de lujo.
Podes ver el video de Tocarte acá:
Pero el que -para mí- es el mejor tema del álbum es: Vento sardo, donde el otorrino uruguayo, amante de las guitarras y las décimas, une su voz a la genial Marisa Montes en un tema en el que la brasileña aporta la dulzura, la sensualidad y el saudade de su Río de Janeiro natal.
Podes ver el video de Vento Sardo acá:
En medio la primera y la última canción, Drexler dicta cátedra sobre cómo deconstruir las relaciones de pareja: en temas como Cinturón blanco, dedicado a su esposa, la actriz Leonor Watling, donde dice:
Quiéreme hasta que me desoriente/ Hasta que me desencuentre / hasta que me desaprenda / Quememos los álbumes de fotos / desprogramemos pilotos automáticos y agendas…
Y luego, en Corazón impar, apunta:
Te propongo apenas / Que juntemos soledades / Cada naranja tendrá ella sola / Sus dos mitades
El álbum se llevó, además, los gramófonos a “Mejor Canción Alternativa”: Premio a los compositores por “El día que estrenaste el mundo” (dedicado a su mamá); el premio a Mejor Álbum Cantautor por “Tinta y tiempo”, el premio a Mejor Canción en Lengua Portuguesa por “Vento Sardo” y la estatuilla al Mejor Arreglo por “El plan maestro”, compuesto por el arreglista Fernando Velázquez
En tiempos tan distópicos (y poco aficionados a buscar ideas y sentimientos en la música y en los cantantes), el éxito de un juglar aficionado a las métricas barrocas y a incorporar la filosofía como ingrediente de sus canciones, es una refrescante brisa que el corazón agradece.