Ahogados en mercurio, con la sangre y la piel envenenada por una mezcla de desidia  política, abandono estatal y codicia de la más pura y dura. Víctimas de una fiebre de oro que, en pocos años, ya provocó el que muy probablemente sea el más grave desastre ambiental en la historia de Costa Rica. 

Allí, en el extremo norte del país, al filo del río San Juan, las personas que habitan las comunidades de Crucitas, Chorreras, El Roble, Chamorro, Llano grande y El jocote, consumen agua que les llega cargada con mercurio en una concentración que es 65 veces más alta que el límite tolerable para el ser humano, según reveló el estudio MS-DPRSA-USA-0081-2023, que publicó el Ministerio de Salud el 18 de enero pasado.

El mercurio es un metal líquido a temperatura ambiente, que se utiliza en minería para separar el metal de oro de la roca o de la tierra. Para la salud de las personas la intoxicación con mercurio es altamente peligrosa y provoca trastornos neurológicos, problemas cardíacos, daño a nivel renal y disfunciones cognitivas y motoras.

 

El informe que documenta los altísimos niveles de mercurio en el agua que consumen los habitantes de Crucitas y los poblados cercanos fue elaborado por el ingeniero Francisco Amen Funk y el Dr.Albin Badilla More de Vigilancia y Control de Agua Potable.

Allí se da cuenta que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el límite máximo recomendado de ion mercurio en el agua potable es de 0,006 mg/L.

Los funcionarios del Ministerio de Salud, tomaron muestras del agua en 19 puntos claves de la zona, como las escuelas de Crucitas y Chorreras, casas de habitación de familias de la región, tanques de captación de agua, minisupers y delegaciones de la policía.

Los resultados de esas muestras revelan que en la escuela de Crucitas la concentración de mercurio es de 0,53 microgramos por litro, es decir cincuenta veces más del límite y en el agua de la casa de un vecino llamado Angel Segura hallaron 0,65 mg/litro, es decir 60 veces más del límite.   

La escuela de Crucitas es unidocente, la maestra se llama Carmen Salvatierra, trabaja allí desde hace tres años y asegura que, a pesar de que ya se comprobó que ella y sus estudiantes estuvieron consumiendo agua contaminada con mercurio, hasta ahora no han recibido diagnóstico ni atención médica.

La maestra dice que ha tenido problemas en la piel y que también observó los mismos síntomas en sus estudiantes, “he visto que algunos tienen como unos granitos y también alergias”.

Salvatierra explicó que la única ayuda que recibieron fue una tanqueta con agua y una charla del Ministerio de Salud pero ninguna visita médica para evaluar su salud y la de sus estudiantes.

“El Ebais más cercano es el de Coopevega, pero cuesta mucho llegar porque el camino está muy malo. Aquí la gente cuesta mucho que vaya al Ebais o lleve a sus hijos, tiene que ser algo muy grave por como están los caminos. Aquí casi nadie tiene un vehículo y un taxi o un pirata te cobra hasta 50 mil colones”, señaló la maestra.

El director médico del  Área de Salud de Santa Rosa, Randall Chavarría Flores, explicó que a partir del auge de la minería de oro ilegal en la zona, hicieron un cruce de datos sobre los expedientes médicos del Ebais de Coopevega para determinar si existían síntomas coincidentes que indicaran intoxicación con mercurio en sus pacientes, pero resultó negativo.

El médico explicó que el envenenamiento con mercurio es más dañino para la salud de las personas cuando se inhala que cuando se ingesta por el agua o los alimentos, “a todos les hace mal pero los que corren más riesgo en su salud son los mineros que lo aspiran, lamentablemente la mayoría de estas personas o no están asegurados o son de otro país”.

Chavarría Flores explicó que el envenenamiento con mercurio por inhalación provoca daños severos en el sistema nervioso y en los riñones y cuando se ingiere por el agua puede provocar problemas gastrointestinales.

El médico dijo que, desde la Dirección de la región Huetar Norte de la Caja se está preparando la elaboración de un estudio para diagnosticar y ofrecer tratamiento a las personas que consumieron el agua con mercurio.

Optimismo y duda

Tras difundirse los resultados del estudio del AyA, el Consejo Municipal de San Carlos había solicitado al Poder Ejecutivo la firma de un decreto que declarase el estado de emergencia en la zona para agilizar la llegada de ayuda para las familias afectadas.

El pasado 2 de marzo el presidente Rodrigo Chaves anunció que declaraba el estado de emergencia para facilitar el acceso más ágil a los recursos de la Comisión Nacional de Emergencias, sin embargo, diez días después de ese anuncio presidencial, el decreto de emergencia aún no ha sido publicado en el diario oficial La Gaceta.

El presidente del Consejo Municipal de San Carlos, Juan Diego González, dijo a LadoB que esperan el decreto con optimismo pero conscientes de que llevar agua en tanquetas no será la solución al problema de la contaminación con mercurio de los mantos acuíferos de la zona norte.

“Aquí estábamos hablando desde hace algunos años de una crisis ambiental, de un desastre ambiental, sin embargo, con los últimos resultados de las pruebas de laboratorio que se hicieron al agua, pasamos de un desastre ambiental un desastre de salud pública”, señaló Gonzalez.

El presidente del Consejo Municipal, el problema se agravará en pocos días, ya que la entrada de la época lluviosa volverá intransitables los caminos de esa zona.

“Los caminos, en estas comunidades, son en su gran mayoría de tierra y están en muy mal estado. En este momento estamos en época seca y entonces se logra llevar el agua con cisternas a las comunidades afectadas pero, ¿Qué va a pasar cuando empiece a llover? Los cisternas no van a poder entrar. Hay comunidades a las que en época lluviosa ni siquiera un vehículo cuatro por cuatro puede ingresar. Solo se puede hacer con cuadras o incluso con caballos”.

González dijo que en la zona norte esperan la publicación del decreto de emergencia para ver si el texto de ese decreto se redactó de tal forma que permita una solución definitiva al problema, ya que la contaminación de los mantos acuiferos es irreparable en el corto plazo.

“No hay forma de regenerar los pozos que ya existen eso es claro porque, según los geólogos, la contaminación en los mantos acuíferos tardará muchísimos años en limpiarse”

El regidor espera que el decreto se redacte de tal forma que permita una solución definitiva al problema del mercurio en los mantos acuíferos.

”Aquí hay que pensar que la solución definitiva al problema del agua en Crucitas y en las comunidades aledañas y esa solución pasa por extender los ramales del acueducto en Santa Rosa de Pocosol y llevar agua por tuberias a comunidades como Chorreras, como Crucitas, como Chamorro o como El Roble, en las que tenemos evidencia que las fuentes de agua que utilizaban, están con unas concentraciones de mercurio muy altas”.